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ARDICIA
feb 28, 2021
Leyendo el otro día el ensayo sobre poesía “Tensión y sentido” apareció ante mí la palabra ARDICIA en un poema de José Miguel Ullán.
En este ensayo se indicaba que ARDICIA es: el deseo ardiente, el impulso que, como se dice, no atiende a razones.
No pude evitar sonreír. Siempre he sido pura ardicia, deseo ardiente, intensidad pura. Supongo que mi ADN lo lleva de serie. Lo que ocurre es que esa intensidad la tengo para todo, para la alegría y para el drama. Intensa, sin duda, soy, para lo bueno y para lo malo, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte me separe.
Ciertamente, no es lo más sano, todo debe tener un equilibrio y no todo debe ser desmedido.
Intento encontrar la intensidad ahora en lo ordinario para ofrecérmelo extraordinario y que así mi niña interior me deje en paz un ratito.
El coaching también es ARDICIA. Para comenzar un proceso de coaching debe existir ese deseo y cuanto más ardiente sea, más posibilidades tendremos de conseguirlo. La motivación es esencial, nos hace vibrar, nos completa con una fuerza extraña que ignorábamos tener y que nos impulsa hacia la meta. Aparece un vigor nuevo, divino casi, que nos dirige, nos advierte, nos protege y nos inspira.
Cuando estamos inspirados TODO, TODO ES POSIBLE.
Busca tu gran desafío, que no sea un vulgar desafío, que sea un desafío excepcional e invoca a tu ARDICIA.
Sin motivos, vivir es sólo pasar.
“Cuantas menos esperanzas tengo más ardiente es mi amor”
Terencio
