ene 21, 2021
¡No te rebajes, dicen!
¡Ay! El poder de la palabra, el marco de actuación que abre. Y esa influencia que empapa, que cala hasta los huesos, que dice tanto y limita aún más.
En las relaciones decimos que no hay que rebajarse, y yo no veo el peldaño inferior del que se habla. No entiendo de pódiums en las relaciones. No creo que los lugares que se ocupan estén verticalmente dispuestos.
Si lo analizamos fríamente la connotación de esa rebaja implica un baile de poderes. Pero ¿es el poder un ingrediente del amor?
No te rebajes, no te humilles, no des todo el primer día, no muestres tu vulnerabilidad, aguanta, sé duro, no llames, no digas aún “te quiero.
¿Amar es luchar? ¿Amar es valer? ¿Solo me aman si soy valioso, y qué es ser valioso? ¿Ser superior, no claudicar nunca?
¿Qué es rebajarse? ¿Quién pone tu precio? ¿Quién lo baja? ¿Estás de saldo? ¿Quién vale más? ¿Por qué?
¿Permites tú que sea otra persona quien otorgue tu valor? ¿por qué hay que demostrar? ¿Y por qué no?
No sé lo que es rebajarse, yo sé que es de sabios claudicar en determinados momentos, que no es lo mejor lo más caro ni quien más se hace valer. Porque el valor no se debería demostrar. Es más, cuánto más necesitas demostrar tu valor, con más claridad veo que crees que no lo tienes. No se demuestra lo que es obvio.
El juego de poderes nos lleva a querer tener razón, a querer ganar todos los conflictos. Preferimos tener razón a ser felices.
Yo, cuando juego no quiero ganar, quiero jugar, me quiero divertir y no permito que otro me dé valor. No es mejor el que llega primero, a mi criterio, sólo es el primero. Si rebajarse es ser uno mismo, es desear mantener un amor o lograr una sonrisa, o crear algo maravilloso, o incluso un modo más de luchar por lo crees o defiendes ¿quién decide que estás de saldo?
Sólo se rebaja o es rebajado por otros quien cree que su valor sube o baja dependiendo de la mirada externa. Si entiendes que tú eres el único que se puede otorgar valor, ya no hay nada que demostrar, ya no hay liga que ganar, no hay árbitro que comprar.
Yo me propongo más que como producto rebajado, como OFERTA.
Estoy de oferta en las relaciones, en las de amor, en las de amistad y en las laborales. Yo me entrego en condiciones ventajosas para el comprador, doy todo mi valor, no creo que eso me haga estar en peligro, no tengo miedo a que me hagan daño. No temo ENTREGARME porque sé que la única responsable de mi felicidad SOY YO. Nadie puede rebajarme, excepto yo misma.
Yo me erijo OFERTA, porque ofrecer es COMPROMETERSE A DAR ALGO. Y yo me comprometo a entregarte mi valor, que lo reconozco sólo yo, y que no necesito que tú calcules.
Mi valor no es lo que yo digo que soy, mi valor es lo que soy.
Que no es poco…