oct 10, 2019
EL DESAMOR LABORAL
Aquí estamos, gritando a la vida y corriendo sin rumbo.
Impolutos de sentido.
¿Se nos rompió el amor de tanto usarlo o es que hemos olvidado amar?
¿Dónde está la pasión? ¿Dónde la ilusión que un día tuvimos al firmar nuestro contrato? ¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué no sentimos mariposas en el estómago? ¿Por qué vivimos esperando un viernes que se apresura hacia el domingo desesperadamente? ¿Por qué nos aferramos al mañana, al futuro, a las vacaciones, a lo que aún no está?
Hemos olvidado que nosotros hemos elegido esta vida, que somos el resultado de nuestras decisiones, y que una decisión puede cambiar todo. Queremos libertad, pero nos da pánico. No hemos sido adiestrados para la intemperie. No sabemos vivir al raso. El miedo nos tiene clavados a una tierra que no para de moverse y de cambiar, pero seguimos creyendo que la tierra es plana. Sí, lo seguimos creyendo. No toleramos nuestra responsabilidad, hemos decidido culpar al otro, mirar al otro, juzgar al otro, vivir con el foco en el otro. Hay veces que es muy agradable, nos sentimos inocentes y útiles, pero la mayor parte del tiempo, la inconsciencia nos pasa factura.
Si no eres parte del problema, no eres parte de la solución.
No entendemos, no escuchamos: condenamos, sin fundamentos. Creemos que nuestro jefe es un ser despiadado, un ser erigido en este mundo sólo para perjudicarnos. Realmente llegamos a creer que hay personas malvadas cuyo único motivo de existir es hacernos daño. Nos creemos el ombligo del mundo. No pensamos que nuestros superiores o compañeros pueden estar sufriendo, también pueden tener un mal día, puede que no hayan salido del armario, que se estén divorciando, que tengan algún familiar que esté muriendo lentamente de cáncer, o que hayan sufrido una infidelidad, abusos en su infancia, que crean que no están a la altura o que estén muertos de miedo ¡Hay tanto dolor enterrado en cada uno! Pensamos que sólo nosotros sufrimos, pero no es verdad.
Cada uno tenemos nuestro infierno, pero si cada uno apaga sus propias llamas, si cada uno se preocupa de sí mismo, sin culpar a los demás, si cado uno buscamos nuestra felicidad: habrá más personas felices y equilibradas y las relaciones laborales y personales serán más sanas.
De la plenitud y satisfacción sólo surgen cosas buenas. Del dolor, del resentimiento y el miedo sólo surge más miedo, resentimiento y dolor.
Vivimos y trabajamos a la defensiva, culpando a los demás de nuestras decisiones.
La tierra no es plana, tu trabajo lo has elegido tú y tus REACCIONES las eliges tú.
Viktor Frank decía que al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas: la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino para decidir su propio camino.
Sé el protagonista de tu vida, toma las riendas, pon el foco en ti, en lo que te duele, en lo que te crea ansiedad, en lo que dedicas tu tiempo, en el modo en que te hablas y te críticas.
¿No tienes tiempo? No tienes vida.
Los días de cada uno de los seres que habitan este planeta tienen 24 horas. Tú no tienes menos tiempo que los demás. Tú no estás disfrutando del tiempo, que es diferente, por eso la sensación de angustia: es tu reloj interno, el vital, tu instinto animal que te recuerda que esto se acaba, que la función se acaba y que estás siendo un actor secundario.
Todos tenemos el mismo tiempo, o quizás no, quizás mañana todo se acabe para ti, quizás se apaguen los focos de tu película.
¿Con qué guion has vivido?
¿A qué te has dedicado?
¿Cómo has disfrutado de esa dedicación?
La mayor parte de nuestra vida transcurre en nuestros trabajos.
¿Cómo decidiste vivir? ¿Con cuánto cuidado, atención y entusiasmo hiciste tu trabajo?
El tiempo es vida, y tú eliges cómo vivir.
Quizás creas que no has elegido tu trabajo, o que no lo puedes cambiar, pero lo que si puedes hacer es ELEGIR HACERLO CON PASIÓN, CON AMOR, CON RESPETO HACIA TI Y LOS DEMÁS Y CON ALEGRÍA.
TÚ ERES EL DUEÑO DE TU VIDA, TÚ ELIGES.
En el Taller Grupal de Coaching sobre Relaciones Laborales vamos a ver qué creemos sobre las relaciones laborales, si estamos respetando nuestros valores, cómo nos relacionamos con los otros, cuál es realmente nuestro trabajo, cómo volver a entusiasmarnos y a enamorarnos de nuestra profesión, cómo cambiar de empresa, cómo pedir un aumento de sueldo, cómo comunicarnos con superiores y compañeros, cómo gestionar nuestro tiempo, cómo priorizarnos sin sentirnos culpables. En definitiva: cómo vivir sin culpar a los demás, tomando las riendas y las decisiones que nos lleven a la excelencia vital y laboral.
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Más info: https://susanaabad.es/blog/post/taller-de-relaciones-laborales