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¡OCÚPATE DE TUS ASUNTOS!
sep 24, 2021
Esta frase lapidaria, ¡cuánta sabiduría encierra!
Hay un cuento oriental que narra la experiencia de un anciano y una niña que eran funambulistas. Al llegar a un pueblo, antes de su actuación sobre una cuerda, el anciano dijo a la niña:
-Yo voy a estar muy pendiente de ti, y tú tienes que estar muy pendiente de mí, de ese modo no nos caeremos.
Y la niña, mirándole fijamente y con su dulce e inocente voz, le dijo:
-No. Yo estaré muy pendiente de mí y usted estará muy pendiente de usted. Ese será el mejor modo de no caer al vacío.
Estamos pendientes de los demás, de lo que tienen, de lo que dicen, de lo que ganan, lo que comen, lo que piensan, y nos olvidamos de nosotros mismos.
Necesitamos, imperiosa e inconscientemente, agradar a los demás. Somos animales sociales, sí, y necesitamos a la comunidad, pero como soporte, no como competencia.
En esta pandemia hemos visto perfectamente qué fácil es juzgar a los demás, y con cuánta frecuencia lo hacemos. Esas críticas sirven para autocomplacernos, para sentirnos mejor que los otros. Cuando necesitamos sentirnos superiores es porque no lo estamos siendo.
No somos excelentes, únicos y originales. Nos importa más lo que el resto hace o piensa de nosotros.
La maravillosa Ley del espejo: yo proyecto en los demás lo que no quiero ver en mí.
Te invito a que tue ocupes de tus asuntos, a que descubras cuáles son, a que grites al resto que se ocupen de los suyos cuando interfieran en tu libertad y felicidad. Te invito a que entiendas que tu vida solo la vas a vivir tú, que el día que desaparezcas de este pequeño punto azul, te vas a llevar lo que has vivido, lo que has sentido. Te vas a llevar TU EXPERIENCIA.
Cada vida es una oportunidad, cada día es una oportunidad.
Ocúpate de tus asuntos, de lo que amas, de lo que aporta valor a la vez que te hace disfrutar, reír o temblar.
Suelta el control. Quieras o no, no lo tienes. Es una ficción. El guion lo escribes tú, pero sólo el tuyo. No puedes escribir el guion de los demás. No tienes ese poder. No tenemos el poder de hacer de feliz a otros ni de hacerlos sufrir. Ese poder es individual y no tiene que ver con lo que tú haces, tiene que ver con cómo el otro reacciona.
Si tu vida la comparas a la de otros ya no está poniendo el foco en ti. Piensa en la vida que querrías vivir, con quién, dónde, cómo....
La pantalla de tu película no está fuera. Está dentro de ti.
Pregunta a tu corazón, y ocúpate de tus asuntos.
Dejemos que los demás se ocupen de los suyos, esa es su labor.
