may 12, 2021
Miedo, culpa, tristeza, rabia, frustración….
Toda la incertidumbre, de golpe, volcada en nuestros ojos y con los labios tapados.
Ojos que no ven lo que quieren ver, bocas que no cuentan, ni besan, ni cantan. Pulmones que se merman, que no entienden del encierro, que no reciben su alimento.
Estamos en inanición emocional, en desesperanza, en MIEDO.
No hay datos de la repercusión emocional, no hay datos de la repercusión física por no RESPIRAR, podemos bajarnos la mascarilla, pero sólo para fumar. No aparecen en las noticias las cifras del desaliento, ni las consecuencias de vivir con miedo.
Depresión, ansiedad, desesperanza, resignación, parálisis social, desilusión y desconfianza.
Y el miedo pululando, posado en todo.
Nadie ve lo que una emoción puede llegar a hacer. Nadie ve lo poderosa que es la rabia, lo reveladora que es la tristeza, lo magnífico que es el miedo y lo paralizante que es la culpa.
¿No importa acaso? El no abrazar, el no despedirte, el no tocar, no respirar carcajadas, no ver sonrisas ¿No importa acaso MORIR DE PIEL?
Mirando para otro lado, obviando la vida que pasa, que sigue, que canta sola.
Vivir esperando otra cosa, vivir suplicando un RESPIRO.
No es valiente quien no tiene miedo, valiente es quien se enfrenta a él.
Cuando te enfrentas a lo que temes el miedo se desvanece.
" Las mejores cosas están al otro lado del terror"