¡Tu vida no va a mejorar porque lleves ropa interior roja esta noche!
Hoy termina el año 2018.
El día 31 de diciembre de cada año existe la ficticia sensación de comienzo e impunidad que nos permite cambiar.
Serenamente podemos pedir un deseo a las doce de la noche que nos permita ser otra persona.
Yo te reto. Que este año tú único propósito no sea dejar de fumar o apuntarte a un gimnasio.
Yo te reto a que hoy te sientes con ese personaje que eres tú y que has creado con cada una de tus decisiones. Te reto a que le preguntes quién es y quién le gustaría ser. Yo te reto a que le preguntes a dónde quiere ir, con quién quiere vivir, en qué le gustaría trabajar. Pregúntale si es feliz, y si tú podrías hacer algo para aumentar su felicidad.
Somos los diseñadores de nuestras vidas.
Tenemos el poder de cambiarlas, solamente nosotros podemos hacerlo.
Esta noche doce campanadas abrirán un portón imaginario que te llevará al lugar que tú hayas decidido.
Es importante tener claro antes qué te vas a dar este año, qué te vas a permitir, qué te vas a regalar, qué no vas tolerar, a qué vas a renunciar y a qué no.
Es muy bonito tener una lista de cosas que deseamos pero también es muy importante tener una lista de cosas que no deseamos y que no vamos a permitir que ocurran ya jamás.
Quizás el gran cambio empiece por ahí.
Y recuerda: mientras vivas, todos los días tendrán esa hora mágica: 00.00.
Cada día podemos y debemos comenzar de cero.
Cada día es un regalo, por eso se llama presente. Cada día es nuevo, cada día eres otro. Todo cambia. La vida no cambia solamente el día uno de Enero.
Cada día es una nueva oportunidad.
¡Feliz 2019!
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